viernes, 4 de febrero de 2011

.. vesper bird



Sus pasos dejaron de ser inseguros en el momento en que sus patas despertaron de su letargo. Ya no estaban sus alas entumecidas, y sus plumas habían recuperado ese brillo que deja el recuerdo de la primavera. Asomó su pequeña cabecita por entre las hojas verdes, y observó satisfecha cómo la nieve había desaparecido de aquellas ramas que eran su hogar. Alzó la mirada al firmamento, a las nubes ligeras, al calor del sol. Y, por primera vez en mucho tiempo, salió de su nido. Despacio, prudente, algo temerosa, aunque con determinación y seguridad. Una brisa ligera acarició su cuerpecito mientras ella se disponía a saltar. Encogió las patitas, estiró las alas cuan largas eran, y se dejó caer al vacío. Un grito de júbilo, que se convirtió en alegre canto, escapó de su frágil pico. Vuela, pequeña ave del véspero.

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