martes, 22 de noviembre de 2011

.. hostages of temptation



Y ahí estaba ella. Tan bella, mirándome con la ternura de esos ojos llenos de pureza. Mis manos recorrían la curva de su espalda mientras sus mejillas enrojecían. Sus labios temblaban en una risa silenciosa, haciéndome cómplice de su timidez. Ella se dejaba abrazar, y correspondía a cada beso con una caricia suave. Si era el momento o no, sólo el tiempo podía considerarlo, y únicamente el destino pudiera haberlo predispuesto. Sus cabellos jugaban con la piel de mis hombros, a la vez que la dulzura de su voz se convertía en murmullos ahogados, en suspiros de amor, en rehenes de tentación.

sábado, 19 de noviembre de 2011

.. on fire



Tengo miedo. Temo a las sombras que me espían, que me aguardan. Tiemblo al pensar que me observan a mis espaldas, que me siguen, que esperan el momento oportuno para abalanzarse sobre mí y hacerme partícipe de su danza silenciosa. Me aterrorizan las noches sin luna, las velas que se consumen con el paso de las horas, las bombillas que se funden de manera inesperada. No me atrevo a abrir los ojos con el amanecer, ni a cerrarlos cuando comienza a invadirme el sueño. Grita el alma y se desboca el corazón cuando advierte una nueva mirada en la penumbra, una silueta que saluda sin timidez, una figura que se detiene frente a un coche en marcha, que se deja caer desde un tercer piso, que descansa pendido de una soga. Una sombra que hace un guiño, que te sonríe. Y tengo miedo. Miedo de ser cautivada por sus gestos. Miedo de ver belleza en la ausencia de la luz de su esencia.

jueves, 17 de noviembre de 2011

.. Africa



Aquí empezó todo. Lo recuerdo bien. Era un día de tormenta. Las nubes peleaban entre sí, furiosas, deseando arrebatarse entre ellas cada parte de su esencia para entregársela al firmamento en forma de estruendoso ruido, de esplendorosa luz. Y los cielos observaban de cerca la reyerta, escupiendo alaridos cuando por accidente eran golpeados, haciendo temblar el suelo sin piedad. Nos refugiábamos bajo la tierra sólida, en esos agujeros de las montañas. Esperábamos con paciencia a que terminara la batalla. Unos contemplaban el espectáculo, otros dormían. Y entonces sucedió. Nunca antes habíamos estado tan cerca de un Dios. Mas no sentimos miedo. Su calor nos atraía, y su luz nos hacía ver las cosas de una manera diferente. Su cuerpo rojizo se movía en un abrazo sinuoso en torno al tronco de un árbol, y éste se dejaba vencer, se inclinaba, cambiaba su color, moría por aquel que se aferraba a sus raíces. El chamán se acercó y salvó una rama, cuyo extremo había empezado a consumirse. En ese momento todo cambió.

viernes, 4 de noviembre de 2011

..unconditional



No mires atrás. Siente. La pureza de tus emociones debería ignorar todo aquello que oye y prestar atención solamente a lo que escucha. Confía en tí, en mí, en la seguridad de nuestra reciprocidad, y camina. Que la impaciencia no venza en la lucha contra tu fortaleza, y que no sea tu debilidad la que salga victoriosa en la batalla frente a la vulnerabilidad. Porque lo sé, porque lo sabes, y porque no hay más. Que no te aturdan las posibilidades, las probabilidades, los designios de un destino confuso. No te dejes llevar por mis palabras, mucho menos por tus pensamientos, ni por mis argumentos ni tus razonamientos, sólo por ese sentimiento incondicional al que a menudo no encontramos nombre.