domingo, 4 de marzo de 2012

.. an innocent



Que no comprendía nada. Y lo miraba todo con aquellos ojos encharcados, sin entender por qué la niebla de sus pupilas arrastraba consigo las palabras. Un vacío en su mente, un pitido en sus oídos, y un gusto amargo en el paladar. El teléfono que grita, interferencias en la radio, esa bombilla vieja que continúa parpadeando. En su inocencia, sonreía, y no importaba el porqué. Sobre su cabeza, el techo se quebraba; bajo sus pies, el suelo cedía al peso del destino, a la carga de las circunstancias. Risas nerviosas, silencios incómodos, manos entrelazadas, besos de compromiso. Y una última despedida.

1 comentarios:

Jorge Muñoz Gómez dijo...

me encanta tu estilo es simplemente genial.
Haber cuando te animas a escribir un libro