miércoles, 11 de julio de 2012

.. let's go home


Llévame a casa. Llévame, me decía. Quería irse a casa, me decía. Que una extraña sensación no le dejaba dormir por las noches, que allí no podía apreciar el verdadero olor de su almohada, que se sentía demasiado lejos de todo y demasiado cerca de nada. Que no quería estar solo, que necesitaba sentirse igual de niño que cuando creció, que le hubiera encantado volver a asomarse sólo una vez más por esa ventana desde la que contemplábamos juntos el mar. Que, aunque no lo reconociera nunca, tenía miedo a la oscuridad y a la falta de luz. Que nos fuéramos a casa, me decía. ¿Y yo qué podía hacer, más que permanecer cada segundo a su lado, tratando de calmarle con la fuerza de mis vulnerables seguridades? No podíamos volver, le decía yo. Y él lo aceptaba con una arruga profunda en su frente. Aquella no era su casa, decía él. Pero yo sí era su hogar. 

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