martes, 19 de marzo de 2013

.. fester


Como un filo desafiante rasgando la piel bajo la sangre que fluye constante. Como un alfiler punzante que atraviesa la garganta ignorando los gritos de agonía de la voz que sufre. Como miles de lanzas arrojadas al vacío y clavándose en cada pupila encharcada. Como una cuerda enroscándose en una lazada en lo más bajo del vientre. Como el impacto de la porcelana fría en un charco que se evapora. Encogerse, y que la bilis regrese a los labios de forma violenta. Retorcerse, y que las náuseas impulsen al cuerpo contra un suelo que no es más que una fina capa de hielo a punto de quebrarse. Respirar, y temer que al soltar el aire los párpados puedan más que la voluntad de mantenerse alerta. Y aguardar cada segundo a la espera del siguiente, con el pulso galopando sobre el pecho, y la expectativa de no tener ningún tipo de expectativa.

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