martes, 20 de diciembre de 2011

.. siamese



Todo. La lluvia, tu voz. Volar. Cerrar los ojos y sentir cómo los sentimientos recorren cada fibra de la piel y la hacen estremecer. Respirar y notar cómo el aire se escapa por los labios como una suave y cálida brisa, que nació más allá del subsuelo y se reencontró con el paladar. Suspirar de alivio, gemir de satisfacción y gritar de liberación a un mismo tiempo. Cantar, y saber que con cada sonido se escapa una parte del alma, que queda flotando ante los ojos, que no termina de separarse del corazón, que es pura, es eterna, es Verdad. Un impulso que activa el primer engranaje del cuerpo, le obliga a temblar y serenarse. Después, lo demás. Todo. La lluvia, tu voz. Volar.

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