domingo, 29 de abril de 2012

.. where to go



Duele. Duele porque tiene que doler. Porque no sería bueno que no doliera. Duele porque todo quedó atrás, porque en lo ya perdido difícilmente encontramos valor de recuperar, aunque de alguna manera jamás nos permitamos olvidar. Duele porque siempre creímos que merecíamos algo mejor, que no nos deberían corresponder las circunstancias hacia las que inevitablemente nos precipitamos. Duele porque jamás fue justo, porque jamás fue más que nada. Duele porque prometimos disfrutar en los buenos momentos y sufrir de la mano en las adversidades. Porque la distancia endureció nuestros corazones. Duele porque el silencio dejó de ser prisión para convertirse en trampa mortal. Duele. Me duele. Y duele que eso, en realidad, sea lo de menos.

martes, 24 de abril de 2012

.. courting death



Me dijo que la siguiera. Y cuando quise darme cuenta, ya era demasiado tarde, ya me había adentrado en su juego. Susurraba mi nombre con la sutileza de las mariposas que se posan sobre los pétalos de las marchitas flores que sobrevivieron a la yerma primavera. Y se acercaba a mí. Tanto, que podía sentir su aliento erizando el bello de mi nuca, cortando la piel de mi cuello, deslizándose por cada gota de vida que recorría mis venas. Su sola presencia cerca me impedía respirar, estremecerme, pensar. Me apremiaba. Se aseguraba de que no me encontrara en la quietud de la monotonía, y en su lugar me ofrecía el más absoluto vacío, me empujaba hacia los abismos de mi subconsciencia, hasta la trampa de mis más temidos miedos. Yo me dejaba llevar sin oponer resistencia. Era mucho lo que no tendría jamás, mas demasiado poco lo que había de perder. La Nada me atraía hacia así con los cánticos ligeros del sueño, de las pesadillas, en tanto que la esperanza se zafaba con brusquedad de mis manos, ofendida por mis pesadillas, por esa desconfianza que crearon en mí los chillidos de las grullas y los gemidos de los insectos en la madrugada.

sábado, 14 de abril de 2012

.. just keep diving down



Escóndete. Rápido, antes de que alguien pueda verte. Sumérgete en las aguas más profundas y mantén la respiración hasta que tu cuerpo no pueda soportar la presión de la gélida realidad. Bucea, y no te detengas hasta tener la certeza absoluta de que el aire del exterior es tan puro como lo creyó la fantasía de tu imaginación. Ocúltate, como has hecho hasta ahora, como siempre has hecho, como siempre hiciste, como siempre harás. Huye de los golpes con los que la misma tierra pretende derribarte. Mantente apartada de todo aquello que no sean tus pequeñas burbujas de inocencia. Jamás te atrevas a encontrar el valor de ser valiente mientras la nobleza, la ingenuidad y la desesperanza se hunden con tu propia esencia. No busques caminos, no encuentres finales, y sencillamente deja que la corriente de emociones te arrastre hasta formar con tu espíritu las ondas que habrán de besar el cálido suelo del límite de tus quimeras. No olvides gritar cuando estés preparada para afrontar la segunda parte, la que atraviesa con la velocidad de las gotas de lluvia los mundos que no cesaste de intentar proteger con tu marcha. Cuando regreses a la vida, recuerda que siempre podrás volverte a esconder.

miércoles, 11 de abril de 2012

.. water Lilly



Se dejó morir. Por miedo, por amor. Cuando sus desnudos pies resbalaron y su cuerpo se sumergió en el lago, se sintió aliviada por no haber sido salpicada por las gélidas aguas. Cientos de burbujas cosquilleaban sus piernas, sus brazos, su nuca y su espalda por el interior de su nacarado vestido de seda. Pequeñas ondas, provocadas por la caída, bailaban con sus cabellos y los trenzaban con cuidado, con mimo, cuales tiernas manos de una figura materna. Cuando alzaba la vista podía contemplar la luz del sol sin que la cegara, sin miedo a que su blanca piel sufriera el insoportable calor que había de soportar el reflejo de su corazón en los rayos del Astro Rey. Nada podía salir mal a partir de entonces. Ningún mal podría alcanzarla allí, ninguna pena que no pudiera ser convertida en el alimento de los peces. Y, con una sonrisa, se dejó arrastrar hasta las profundidades, hasta la más absoluta oscuridad.