sábado, 21 de enero de 2012

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Atrapada. Como se queda atrapada una mosca en la tela de una araña, un ratón en los colmillos de una víbora, un conejo en las garras de un ave rapaz. Como la presa que no fue capaz de huir de su destino, y que se enfrenta cara a cara con él. Su trampa, mi perdición. Su estrategia, un método de supervivencia. Mi sumisión, una rendición. Porque correr mirando hacia atrás sólo hizo que chocara contra mi propio reflejo, que cayera en un vacío que siquiera yo llegaba a comprender. Hoy, cambiaron las tornas, giró la ruleta y se desvaneció la niebla al anochecer. Ayer, esperé, aguardé, temí. Mañana, disfrutaré al ser consciente de la belleza de las circunstancias. Pues la vida no es menos sencilla que una red de pescador, no es más complicada que la marea que la favorece.

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