lunes, 29 de abril de 2013

.. dean street


Me enseñó muchas, muchas cosas. Me enseñó todo lo que sé, todo lo que en algún momento fui. Me enseñó a aprender, a afrontar mis propios miedos, a sobrevivir al dolor, a encontrar la esperanza en el rincón más oscuro, la luz en el pozo más profundo. Me enseñó a continuar caminando, a pesar de las heridas. Y me enseñó a escuchar con la mirada, a ver con los oídos, y a sentir el contacto con el aire. Engendró opiniones, sentimientos, sensaciones, moral. Conformó pasos, decisiones, determinaciones, errores. Y continuó estando ahí mucho después, confundiendo a la percepción, arrancando al raciocinio del deber, del poder, del saber, del conocer, del querer aprender, del rectificar. Conciencia que se revuelve como se revuelven los grumos del pasado, densos, presentes, amargos. Desear no reconocer que el mejor sitio en el que puedes estar es el que desconoces, allí donde tus puntos débiles le pertenezcan sólo al secreto de tu vulnerabilidad. Perdida, sí. Perdida. Sola, sí. Sola. Completamente desorientada por esa mano que ya no me tiendes, ese guiño de ojos que ya no me conforta, esa sonrisa de complicidad que se perdió en algún vago recuerdo que creí recordar en los abismos de algún sueño, una noche cualquiera de invierno. 

Estás aquí aún. Lo sé. Siempre lo he sabido. No creas que nunca he dejado de pensar que tus lágrimas son la sed de mi respiración contenida. 

viernes, 19 de abril de 2013

.. her nightmares


Frío. Porque en ese mundo de tinieblas siempre hace frío, a pesar de que la sensación térmica comienza a simpatizar con el aliento cálido de los primeros días de la primavera. Los rayos del sol no tienen la fuerza suficiente para traspasar las sombras que inundan cada rincón de su mente, que se halla en silencio, a oscuras, resignada ya a sentirse sola, abandonada al destino que ella misma se va forjando, tirando abajo sus débiles cimientos. Sostenida en el límite de un trampolín que tiembla, sin hallar el impulso, sin encontrar tampoco el vacío. Inestabilidad que se balancea, que hace perder el equilibrio, pero que no permite caer. Y ella, que se mantiene en pie a pesar del fuerte viento que la empuja, de la marea que la arrastra, de los pies que tropiezan consigo mismos, de los golpes que ha de esquivar a cada nuevo paso. De pronto, un día cualquiera, no sabe distinguir la realidad del sueño, y despierta moviéndose en evanescencias subconscientes, sorteando pensamientos, volando por encima de pesares, de miedos, de derrotas y fallos. Los espectros que aguardaban bajo su cama escapan a sus pesadillas y se encuentran en miradas desconocidas, lejanas, que resultan tan familiares como una mueca en el espejo. Cierra los ojos. Se encuentra con la negrura más absoluta, agitándose en la calma como lo hacen las corrientes submarinas, como se agitan sus sentimientos más allá del final de la espiral de su alma. 

jueves, 11 de abril de 2013

.. sleep paralysis


¿Durante cuánto tiempo? ¿Unas semanas? ¿Unos meses? ¿Años, tal vez? Apenas lo recuerdo. Y creo haberlo sentido siempre. Una fisura en el tiempo, un error en el espacio, una confusión en las circunstancias. Esa misma sensación de que nunca nada dejó de ser como era, como es, como jamás existió otra posibilidad. Y una gran desconfianza. Hacia mí misma. Hacia lo que soy, hacia lo que siento, hacia lo que pienso, hacia lo que quiero. ¿Qué es lo correcto? ¿Qué debo hacer? Cadenas que me retienen en un pasado  demasiado cercano al presente, demasiado cíclico, demasiado espeso y profundo, aterrador, en exceso borroso. Imágenes que se mezclan con sentimientos, que se desdibujan, que desaparecen y resurgen a su antojo en los momentos más inesperados. Personas que cruzan contigo la mirada y pasan de largo, pero en las que crees reconocer una súplica, un grito de ayuda, una escapatoria. Y, de pronto, todo parece ser igual. El mismo frío, las mismas calles húmedas, el mismo olor a comida recién hecha, los mismos pasos lentos, la misma incertidumbre que caracterizó mis decisiones. Considerar posibilidades, reflexionar sobre las diferentes opciones, detenerse en cada uno de los alfileres que raspan como caricias las paredes del corazón. Anudarse el estómago con la presión de los acontecimientos. Y dejar de respirar por unos segundos, sólo unos segundos. Un latido que se pierde en el eco de la memoria. Una luz que aturde a los sentidos. Una ventana que se quedó abierta, y que en algún momento debía ser cerrada. Negar con la cabeza y asentir con una sonrisa capaz de engañarse a sí misma. Dejarse llevar por los días, por las semanas, por los meses. Por los años, tal vez. Apenas lo recordaré.

martes, 9 de abril de 2013

.. where the beautiful things are


Una mirada basta. Sólo una mirada. Una mirada para decirte todo lo que sería incapaz de expresar con palabras. Una mirada que refleje tu mirada, y que se pierda en el espejo de la mía. Pupilas que se adentran en lo más profundo del alma y lloran juntas, en silencio, contemplándose y dejándose sorprender, admirándose, conociéndose, descubriéndose. Profundos universos que se observan y se complementan, que comparten cientos de galaxias y otras miles de millones de estrellas que brillan con la misma intensidad que el espíritu cuando se estremece. Y sobra todo lo demás. Sobran las explicaciones, las justificaciones. Sólo una mirada, que sostiene otra, y se mantienen juntas al borde de un abismo que amenaza con olvidar. Nada más allá, y supone mucho más de lo que podríamos imaginar. No hay lugar para momentos incómodos, para gestos nerviosos, ni para un solo instante de tensión. No cabe pensar siquiera en rehuir, en alejarse, en esconderse tras los párpados o permitir que todo cuanto nos rodea se anegue de realidad. Una mirada basta. Sólo una mirada. Una mirada para decirte todo lo que sería incapaz de expresar con palabras. Una mirada que acaricia, que besa, que abraza, que siente y se deja sentir. Una mirada que sonríe, melancólica. Una mirada que recuerda, que evoca, que sueña. Una mirada que desea vivir. Una mirada que vive. Una mirada que es un todo y nada más que una mirada a un mismo tiempo.