domingo, 20 de julio de 2014

¡Me mudo!




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domingo, 7 de julio de 2013

.. an ice cream for the lady


Y es que cuesta tan poco... Tan, tan poco... Una sonrisa. Una mirada sincera, amable, agradecida. Porque hacer feliz es más sencillo que ser feliz. Y porque haciendo felices a los demás estamos un poco más cerca de nuestra propia felicidad. Es sencillo. Sí, de verdad, es muy sencillo. No consiste sólo en eso que dicen de tratar a las personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Va mucho más allá de eso. La alegría se esconde en la emoción, en la complicidad, en la empatía. El trato educado y cortés no es suficiente, a pesar de que a todos nos gusta que se comporten con nosotros con educación y cortesía. Hemos de dar un paso más, y llegar hasta la simpatía, hasta el buen humor, y alcanzar un rayo de sol en unos ojos vidriosos, un destello fugaz en una palabra breve. Darte todo lo que tengo por el simple hecho de que, probablemente, todo lo que tenga seas sólo tú. 

jueves, 6 de junio de 2013

.. in deep waters


Sumergirnos. Eso es lo que los hombres hacemos. Porque necesitamos del dolor para sentirnos vivos, para saber que todavía hay algo en nuestro pecho que nos mantiene en pie. De manera automática avanzamos hasta los abismos en soledad, conscientes de que cada nuevo pensamiento es una nueva piedra lanzada a las  sienes con la furia de las entrañas. No somos capaces de aceptar. No soportamos la idea de no tener en nuestras manos una explicación, un por qué que nos convenza y con el que estemos satisfechos. Y, tras tenerlo, continuamos aún adentrándonos en las profundidades de esas emociones que nos ahogan, de esas pasiones que no nos permiten escapar, de esa ausencia de aire que no detiene nuestro ofuscado empeño en buscar el final de un principio que aún no ha tenido tiempo de comenzar. Sufrir nos hace sabios. Con el paso del tiempo. Cuando dejemos de ser estúpidos.

miércoles, 5 de junio de 2013

.. revenants


Aguardan. Esperan. Se mantienen en silencio hasta que el propio silencio los impulsa a aullar. Y sus gritos se expanden por el espacio, se cuelan por las paredes, penetran por cada grieta y arrasan con todo a su paso. Luego, silencio. El eco se encarga del resto, y devuelve al ser cada aliento forzado, tomando la forma de una sonrisa tensa y carente de su esencia. Las apariencias suben un peldaño. La seguridad desciende tres. Miradas ajenas que comprueban su diestra y se aseguran de su siniestra. Retinas anegadas en dolor que dejan cicatrices en la nuca, en ese punto donde muere la respiración. Sangre que fluye a través de las venas a la misma velocidad que lo hace un satélite que ha perdido el equilibrio de su órbita. Arañadas las encías, rasgada la piel de los labios, expuesta la mandíbula a su propio peso. Luego, silencio. Un sudor frío policromando las curvas de la espalda, los huecos entre los dedos de los pies, las arrugas de la frente. Golpes que provienen de ninguna parte, que se dirigen hacia ninguna parte, que nacen y desaparecen en la espesa niebla del pasado. Remolinos que acallan el clamor del paso de los días. Telas que quedan enganchadas en las baldosas del suelo, y se rasgan, y se dejan caer, y se pierden. Rostros sin rostro que observan desde las sombras, que te hacen caer sólo por el gusto de que vuelvas a levantarte y poderte hacer caer de nuevo. Una risa que repite un nombre, apenas audible, apenas reconocible, acaso sentido. Noches largas, días largos. Luego, silencio. Y el latido del corazón se queda en suspensión unos instantes. Después, nada. Absolutamente nada. 

jueves, 30 de mayo de 2013

.. blood lamp


Poner toda, absolutamente toda tu esencia en algo. Y esperar, sencillamente esperar, con la esperanza de que florezca. Continuar esperando. Un día tras otro. Esbozando tu mejor sonrisa, tu gesto más amable, tus palabras más honestas, tu actitud más sincera. Un día tras otro. Y se suceden los acontecimientos, las personas se pisan unas a otras, los rostros conocidos quedan en el pasado, las oportunidades se pierden, las ocasiones se escapan con la casualidad, y el destino se esconde tras la triste realidad de un cristal empañado por el último aliento de tu perseverancia. La paciencia comienza a arañar las paredes de tu corazón, que palpita a cada minuto con más fuerza, pero con menos intensidad. Por delante de tus ojos cruzan de pronto todas las decisiones que no tomaste, todos los trenes que no llegaste a coger. Y el éxito se escapa de entre tus dedos tan fugazmente como un primer suspiro resignado.

viernes, 24 de mayo de 2013

.. freedom! ... Oh no!


Una salida. Porque siempre parece haber salida. Y, cuando la encuentras, tus decisiones no te llevan sino a una nueva entrada. Porque no sales, entras en otro lugar. Un lugar parecido, un lugar similar, un lugar remotamente familiar, un lugar, al fin y al cabo, diferente. Otro lugar. Sales de un lugar. Entras en un lugar. Y en medio de los dos, el recuerdo. Ese arrepentimiento que se niega a manifestarse por puro orgullo, ese paso atrás que no sabrías cómo dar pero que, conforme pasa el tiempo, ves menos oportunidades de hacerlo. La sensación, que te recorre desde la punta de los dedos de los pies hasta la raíz del cabello en la cabeza, la reconoces como inseguridad. Nada más lejos de la realidad. Ese sentimiento es más cercano a la falta de control, a ser consciente de que los errores no se pueden rectificar con deseos, ni con esperanzas. Las equivocaciones se corrigen con acciones, con palabras, con nuevas equivocaciones que nos empujen con la violencia de la propia existencia hacia nuevas salidas, hacia nuevas entradas. Y es que no hacemos más que abrir puertas. Una y otra vez. Incansablemente. Eternamente.

lunes, 29 de abril de 2013

.. dean street


Me enseñó muchas, muchas cosas. Me enseñó todo lo que sé, todo lo que en algún momento fui. Me enseñó a aprender, a afrontar mis propios miedos, a sobrevivir al dolor, a encontrar la esperanza en el rincón más oscuro, la luz en el pozo más profundo. Me enseñó a continuar caminando, a pesar de las heridas. Y me enseñó a escuchar con la mirada, a ver con los oídos, y a sentir el contacto con el aire. Engendró opiniones, sentimientos, sensaciones, moral. Conformó pasos, decisiones, determinaciones, errores. Y continuó estando ahí mucho después, confundiendo a la percepción, arrancando al raciocinio del deber, del poder, del saber, del conocer, del querer aprender, del rectificar. Conciencia que se revuelve como se revuelven los grumos del pasado, densos, presentes, amargos. Desear no reconocer que el mejor sitio en el que puedes estar es el que desconoces, allí donde tus puntos débiles le pertenezcan sólo al secreto de tu vulnerabilidad. Perdida, sí. Perdida. Sola, sí. Sola. Completamente desorientada por esa mano que ya no me tiendes, ese guiño de ojos que ya no me conforta, esa sonrisa de complicidad que se perdió en algún vago recuerdo que creí recordar en los abismos de algún sueño, una noche cualquiera de invierno. 

Estás aquí aún. Lo sé. Siempre lo he sabido. No creas que nunca he dejado de pensar que tus lágrimas son la sed de mi respiración contenida. 

viernes, 19 de abril de 2013

.. her nightmares


Frío. Porque en ese mundo de tinieblas siempre hace frío, a pesar de que la sensación térmica comienza a simpatizar con el aliento cálido de los primeros días de la primavera. Los rayos del sol no tienen la fuerza suficiente para traspasar las sombras que inundan cada rincón de su mente, que se halla en silencio, a oscuras, resignada ya a sentirse sola, abandonada al destino que ella misma se va forjando, tirando abajo sus débiles cimientos. Sostenida en el límite de un trampolín que tiembla, sin hallar el impulso, sin encontrar tampoco el vacío. Inestabilidad que se balancea, que hace perder el equilibrio, pero que no permite caer. Y ella, que se mantiene en pie a pesar del fuerte viento que la empuja, de la marea que la arrastra, de los pies que tropiezan consigo mismos, de los golpes que ha de esquivar a cada nuevo paso. De pronto, un día cualquiera, no sabe distinguir la realidad del sueño, y despierta moviéndose en evanescencias subconscientes, sorteando pensamientos, volando por encima de pesares, de miedos, de derrotas y fallos. Los espectros que aguardaban bajo su cama escapan a sus pesadillas y se encuentran en miradas desconocidas, lejanas, que resultan tan familiares como una mueca en el espejo. Cierra los ojos. Se encuentra con la negrura más absoluta, agitándose en la calma como lo hacen las corrientes submarinas, como se agitan sus sentimientos más allá del final de la espiral de su alma. 

jueves, 11 de abril de 2013

.. sleep paralysis


¿Durante cuánto tiempo? ¿Unas semanas? ¿Unos meses? ¿Años, tal vez? Apenas lo recuerdo. Y creo haberlo sentido siempre. Una fisura en el tiempo, un error en el espacio, una confusión en las circunstancias. Esa misma sensación de que nunca nada dejó de ser como era, como es, como jamás existió otra posibilidad. Y una gran desconfianza. Hacia mí misma. Hacia lo que soy, hacia lo que siento, hacia lo que pienso, hacia lo que quiero. ¿Qué es lo correcto? ¿Qué debo hacer? Cadenas que me retienen en un pasado  demasiado cercano al presente, demasiado cíclico, demasiado espeso y profundo, aterrador, en exceso borroso. Imágenes que se mezclan con sentimientos, que se desdibujan, que desaparecen y resurgen a su antojo en los momentos más inesperados. Personas que cruzan contigo la mirada y pasan de largo, pero en las que crees reconocer una súplica, un grito de ayuda, una escapatoria. Y, de pronto, todo parece ser igual. El mismo frío, las mismas calles húmedas, el mismo olor a comida recién hecha, los mismos pasos lentos, la misma incertidumbre que caracterizó mis decisiones. Considerar posibilidades, reflexionar sobre las diferentes opciones, detenerse en cada uno de los alfileres que raspan como caricias las paredes del corazón. Anudarse el estómago con la presión de los acontecimientos. Y dejar de respirar por unos segundos, sólo unos segundos. Un latido que se pierde en el eco de la memoria. Una luz que aturde a los sentidos. Una ventana que se quedó abierta, y que en algún momento debía ser cerrada. Negar con la cabeza y asentir con una sonrisa capaz de engañarse a sí misma. Dejarse llevar por los días, por las semanas, por los meses. Por los años, tal vez. Apenas lo recordaré.